El carril bus en la A-5 divide a los municipios afectados
Ayuntamientos reclaman la gratuidad de la R-5 y mejoras en el plan de movilidad
El soterramiento de la A-5 y la implantación de un carril bus están generando importantes tensiones en municipios como Móstoles, Alcorcón y Arroyomolinos. Las obras, que comenzaron hace una semana, han derivado en atascos, retrasos en el transporte público y críticas al plan de movilidad diseñado por el Ministerio de Transportes. Desde los ayuntamientos afectados, se insiste en reclamar la gratuidad de la autopista R-5 para aliviar las retenciones y facilitar el desplazamiento de los vecinos.
Críticas al carril bus y atascos en cadena
El carril bus, que conecta Móstoles con Cuatro Vientos, ha sido señalado como la causa principal de los atascos en la vía de servicio y las retenciones en la M-50. En Móstoles, el pleno municipal aprobó instar al Ministerio de Transportes a modificar la ubicación de este carril, calificándolo de ineficaz en su configuración actual. Además, vecinos de la Asociación del PAU-4 denuncian la saturación en el intercambiador de Cuatro Vientos, al que califican como «improvisado» y «poco accesible».
Por otro lado, el Consorcio Regional de Transportes asegura que el plan está funcionando correctamente, destacando un aumento del 40% en el uso del transporte público. Sin embargo, las quejas por la insuficiente frecuencia de autobuses y la saturación en MetroSur persisten entre los usuarios.
Demandas conjuntas y soluciones pendientes
Entre las principales demandas de los municipios afectados, destaca la gratuidad de la R-5 durante las obras, una medida que consideran esencial para aliviar el colapso circulatorio. En paralelo, se solicita reforzar las frecuencias de las líneas de autobuses y MetroSur, así como habilitar aparcamientos disuasorios en zonas estratégicas.
El delegado de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, calificó el plan de movilidad como un «éxito» inicial, pero afirmó que es flexible y podría adaptarse según las necesidades. No obstante, desde los municipios afectados y la oposición política se critica la falta de consenso en el diseño de este plan.
Mientras las obras avanzan, los vecinos y ayuntamientos continúan reclamando soluciones que reduzcan el impacto en sus desplazamientos diarios.